Acercándonos a los 2 años de la aparición del Covid-19, hemos creído oportuno pararnos a hacer algunas reflexiones sobre el impacto y los efectos que el Covid ha tenido en el sector de los eventos. Concretamente hemos logrado arrancar una pequeña entrevista a Hugo Caro, CEO de Hugo Caro/espacio y también conocido por negarse a conceder entrevistas a medios nacionales.
Entrevista a Hugo Caro

Entrevistador – A día 23 de agosto de 2021 ya estamos bien entrados en la pandemia, pero ¿te parece que hagamos un pequeño viaje en el tiempo a esos primeros días y semanas tras la aparición del Covid-19? ¿Cuáles eran las preocupaciones de un dueño de un espacio para eventos cuando llegaron las primeras noticias del impacto global del Covid-19?
Hugo Caro – Recuerdo a la perfección que estaba visitando la exposición de ARCO en Madrid cuando escuché las primeras noticias sobre que los colegios, debido al “virus” no abrían al día siguiente. También recuerdo que mi hermano me llamó para pedirme que cuidase a mis sobrinos pequeños porque habían cerrado el colegio, que no me preocupase, ¡que solo iba a ser un día!
Como todos pensé que se trataría de algo pasajero, que la vacuna llegaría en unas semanas y que a los 40 millones de españoles que somos nos vacunarían en 15 días. Cuando ya fui consciente de lo que se nos venia encima, comencé, una vez mas, a reinventar lo anteriormente reinventado. Aún sigo en ello, no tengo demasiada prisa, quien sabe, a lo mejor dentro de unos meses tengo que volver a re-re-reinventarme.
E – Si nos adelantamos un poco en el tiempo ¿Cuáles fueron los principales retos a los que el espacio de eventos se enfrento a lo largo de la pandemia? (Percibo como Hugo Caro se mueve en su asiento. No cabe duda que los días de confinamiento y medidas de movilidad más estrictos fueron muy complicados)
H – Especialmente duro fue intentar transmitir calma a mis clientes que ya habían contratado y señalizado un evento con nosotros. Muchos de ellos reprogramaron su agenda y aplazaron su evento para más adelante, algunos incluso en más de una ocasión según se iban sucediendo los múltiples confinamientos locales posteriores al levantamiento del gran confinamiento nacional.
Aún así durante demasiado tiempo el negocio cambio radicalmente de línea, ya no se trataba de vender nuestro espacio, ahora se trataba de “negociar” con los clientes que habían decidido no celebrar su evento, de qué manera les devolvíamos las cantidades a cuenta que ya habían pagado.
Gracias a que los bancos nos aprobaron créditos pudimos ir cumpliendo los compromisos. Dos años después seguimos devolviendo dinero a nuestros clientes, ¡y a nuestros bancos!
E – Ahora bien, tras los meses más difíciles de la pandemia, cuando poco a poco las cosas se iban relajando, los comercios iban abriendo y se permitía salir a la calle, tengo entendido que los espacios para eventos estaban un poco en tierra de nadie. ¿Cómo gestionaste esa situación?
H – ¡Puff! No sabíamos nada. Solo sabíamos que ya podíamos empezar a dar los primeros pasitos, que los clientes más atrevidos se aventuraban a pedirnos información, y que nosotros necesitábamos empezar a facturar como fuese. Empezamos a gastar lo que no teníamos en medidas especiales de prevención del COVID, mascarillas, geles, vajillas, cartelería, mobiliario, distanciamiento social, personal, etc.
Organizábamos mini eventos y las cuentas no salían, pagaban 12 por el evento y a mi me costaba 18. Que sí solo mesas de 4 comensales, de repente mesas de 6, espera no, que ahora tienen que ser de 4 otra vez, pero separadas 2 metros. Que resulta que en la barra nadie, pero al W.C. sí, que catering de pie si, pero sin moverte del sitio, que a las 10 todo el mundo a la calle. Ah no, que ya se puede estar hasta las 12.
E – Entiendo. Fue una época caracterizada por cambios constantes queriendo adelantarse a los movimientos del Covid-19 sin saber qué dirección tomar. Esto me lleva a preguntarme ¿Podrías contar a tus lectores si hay algo bueno que haya salido de todo esto, o algo que hayas aprendido para el futuro?
H – La vida nos sorprendió a todos con un gran giro inesperado de guion. De todo se aprende. Yo confio en que los gobiernos hayan aprendido que la inversión publica en sanidad e investigación deja mucho que desear y que o se ponen las pilas, o lo que ha pasado es solo un aperitivo de lo que nos espera.
A nivel personal he aprendido a tener paciencia y a valorar cuestiones mas terrenales, a no hacer planes a largo plazo, a vivir el momento y a no tener miedo. Eso si, lo que no me hubiese gustado aprenderme fue la letra de la canción “Resistiré” ¡Dios, todavía me retumba en la cabeza! Solo pensar en la canción me sale sarpullido